domingo, 11 de octubre de 2020

Especulación libre no.1: Por qué el humor no es inocente [en negativo]




Abrís los ojos y te das cuenta que sos el Teniente Archi Hicox, haciendo inteligencia en un bar nazi. Aparecés justo en el momento en el que el camarero pregunta cuántos vasos quiere la mesa. Ya te viste la película, ya sabés que un mero gesto con las manos puede encapsular la historia de cómo aprendiste a contar en tu país.

Evitás la masacre, hacés el gesto del tres en alemán. Hellstrom sigue dudando de vos, pero la coge suave. La noche sigue y el bar se llena de más oficiales de alto rango de las SS. Aldo te hace un chiste anti-judío, pero vos no te reís. No te causa gracia. Pero la cagaste. Se te olvidó que el humor también denota pertenencia; Hellstrom quería ver si eras capaz de reírte con los nazis, de reírte de los judíos y humillarlos con tus compañeros. Todos notan que no te reís y te miran raro.
Ahora Hellstrom dirige la atención de toda la audiencia hacia vos haciéndote una broma: te dirige una ironía, sos objeto de la burla. Cuidado, están simulando tu excomunión; si no asumís públicamente que la cagaste riéndote de vos mismo como petición de disculpas, se van a dar cuenta que no sos nazi ¿qué hacés? ---
Si cambian "nazis" por "transfobos" y "chiste judío" por "chiste transfóbico" obtendrán el mismo resultado: el humor puede usarse como herramienta para reafirmar creencias morales.

[revelado]

 

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