Conocí a un amor de mi vida
Tengo este blog desde mis trece años. Han pasado once años desde que se creó. Encontrarán muchas cosas de todo tipo. No hay más que decir.
jueves, 14 de octubre de 2021
Estupidez
domingo, 26 de septiembre de 2021
Nada me pertenece, ni podría pertenecerme. La relación de pertenencia en tanto propiedad solo anula la vida. Y no quiero sembrar muerte. La propiedad es un monstruo de entropia, como el capital, el mercado financiero y las grandes empresas de las TICs. Producir información, maximizar la exportación de entropia, desgastar el mundo ¿Cuántos joulios cuesta sostener este perfil de Facebook? Nadie sabe para quién camella, ni para quién van sus datos.
Pensamientos incómodos.
El poder y el erotismo son indisolubles. Entre muchas razones, porq una de las reacciones que podemos tener cuando ejercen sobre nosotres cierto tipo de poder es el deseo, la búsqueda de placer. Me parece que por ahí va el asunto de "dejarse seducir". No es necesaria una "seducción del fascismo a las masas", así de forma general, solo se necesita apelar justo a esa instancia de seducción más óptima, en la que l'agente por sí misme empieza a incorporar dicha relación, deseando activamente esa sumisión, siendo co-productore de la escenificacion político-erótica. El deseo es una de las monedas de cambio del poder.
El BDSM parece un laboratorio de exploración de las experiencias de erotismo-poder. Siempre suponen un juego con la seducción óptima (minimizar la inversión), una tensión moral (porq sin moral, sin Ley, no hay poder ni autoridad), y un flujo novedoso de deseo que puede o no, replicar formas conservadoras de desear.
La heterosexualidad monogama, en cambio, mantiene intacta la estructura de flujo del deseo y la explota al tope. Ser monogame es aprender a desear la prisión, el castigo, la vigilancia y el aislamiento: la familia. Es defender, sin darse cuenta, la legislación sobre los cuerpos, con fines (re)productivos. La instauración de categorías fijas que optimicen la dupla seducción-deseo. Hay una economía del deseo y un deseo económico.
sábado, 25 de septiembre de 2021
Sí, es vértigo
Claro, lo confieso. La vida me da vértigo, quizá unas dos o tres veces a la semana. Los síntomas son... tú sabes... Los de siempre. Por ejemplo, a veces me despierto así de la nada, de golpe, como buscando una bocanada de aire en medio de la pesadilla. Y las pesadillas siempre asfixian. Entonces me doy cuenta ¿Qué significa que se oiga tu voz? A veces siento que no se me comprende y pienso que existen relatos culturales que hacen contrapeso a esa intuición - ni tu ni nadie nadie nadie me ha querido... tal como soy-.
Los sistemas sociales se conectan con palabras. Habitamos un tejido simbólico multiforme, multidimensional. Es algo aléfico, spinoziano. De alguna manera la realidad es ese gran retículo de información, materia y energía. También los sistemas sociales tienen sus nodos excitatorios -las bibliotecas, los lugares sagrados- y sus nodos inhibitorios -la cárcel, la escuela-. Es esa idea reciclada de la noósfera. Pero en todo caso, me da vértigo.
Yo lanzo un mensaje en el que creo, como quien riega la lluvia desde algún cielo, para sembrar el camino y andarlo. Me digo anarkiste relacional, pero soy une romántique. Creo en la comprensión, en el éxtasis de lo místico, en las caricias de la música. Pero el lenguaje es equívoco. Porque hay entropía y evolución. El mundo es equívoco, siempre que alguien le interprete. Creo que ahí está el trasfondo de todo: el eterno retorno no es tanto una cosa de vivir siempre la misma vida en términos físicos, como de vivir constantemente la misma vida narrativa. Ese tema que varía, como un círculo que deviene espiral al fracturarse con una tercera dimensión. Siempre repito mis dramas, pero siempre los repito de forma diferente. Y ese es mi eterno retorno: afinar la cuerda y llegar al virtuosismo. Ofrecer la mejor obra. Tejer mi yo con los hilos de las moiras. Así entiendo yo el afirmar la vida: vivir siempre mi historia, o más bien, la historia a la que pertenezco. Realmente nada me pertenece, salvo mi propio cuerpo -aunque incluso este, de alguna manera, reclama su autonomía con el cansancio, la vejez, la pereza, la gula.
Entender el destino como los márgenes que me ofrece de libertad ese retículo enorme al que pertenezco. Y ese retornar, esa multiplicación infinitesimal de posibles trayectorias -cloto, láquesis, átropos-, lo múltiple aquí en lo uno: miríada de haces lumínicos a través del prisma. Y ahí, entre las diversas longitudes de onda, me disipo entre gradientes de posibles yoes. Me despliego, me fugo entre los márgenes, diverjo al infinito, tangencial a mi pasado y paralelo a mi futuro.
Pero me da vértigo, lo confieso. Me pasa unas tres veces por semana. A veces me despierto de sueños floridos y recuerdo el peso de la vida. A veces me levanta el sudor y el olor a la colilla de cigarrillo que quedó tirada, justo al lado de la cama. Y entonces nada importa, momentáneamente. Llego a casi no decir nada. Quisiera decirlo todo y, al terminar el texto, no decir nada. Como el vértigo, que es a lo que sabe el desajuste. Al borde, siempre al borde. Siempre en fuga. Todo lo que he escrito ha sido siempre lo mismo. O sea, nada.
jueves, 2 de septiembre de 2021
Oda al Caos
Señora de la destrucción, del cambio perpetuo y la creación siempre inacabada. En tus torbellinos demenciales sumerjo estas palabras.
A ti agradezco la furia, el derrumbe y la rumba. A ti agradezco la vida, la muerte y la penumbra. A ti agradezco los ineludibles y constantes funerales a los que asisto de mí misme.
Señora de la fuga, del escape y del calor. Purifica mi tedio con tu fuego eterno, eleva la coincidencia al nivel del destino, amplifica mis impulsos hasta que mi cuerpo resonante se quiebre
Desmembra mi alma y reordena sus pedazos, consume mis cadáveres y siembra un árbol, Invita una bandada de pájaros que migren y fluyan, como un solo cuerpo con cada paso.
Nada muere eternamente en tu presencia. Alejanos del dios cristiano y sus falsas promesas de felicidad eterna. Reivindico hoy el valor de lo intrascendente, de lo simple y lo complejo, de lo finito y lo mortal.
Señora de la creación, del cambio perpetuoY la destrucción siempre inacabada. Convidame el vino de tu seno y el ritmo de tus caderas, quiero bailar al filo de tu cuerpo.
lunes, 23 de agosto de 2021
Un mensaje encriptado.
A una decepción de convertirme en lo que juré destruir, dice algún proverbio. El mundo que se impone y nos rebasa como la belleza de una margarita amarilla que no es nunca La Margarita. Esta tiene un pétalo chueco y dos tirados en el suelo. Pienso en lo que me trasciende, un tiempo inmanente. Precisamente todo está pasando aquí y ahora. Pienso en el dolor, en el sufrimiento y el conflicto. El sufrimiento es inexpugnable, porque soy un animal que sangra. El conflicto es ineludible porque habito territorios y categorías. Tan vanos son los intentos de extirpar la contradiccion de mis experiencias como lo son los intentos de extirpar el dolor de un mundo habitado por seres que sufren. Como demonio de Laplace, fantasía neurótica. Anticiparlo todo es la muerte, el paraíso. Mi condición fundamental: la incompletitud. No soy inestable, soy metaestable. Bienvenida sea la tragedia, madre de la historia. Bienvenido sea el error, padre de la evolución.
Otro mensaje encriptado
Habláme de la muerte, del daño, del odio. Me aburrí de darle la espalda a la mitad de mis experiencias. No quiero que mi sombra sea asunto solo del psicoanalista de turno o de la gente que me sigue la espalda con el puñal en la mano. Habláme de la impureza, del engaño y del egoísmo. El tabú a la muerte señaliza el culto a la misma: se prohíbe sólo lo que se desea. Desearlo todo es desear la muerte absoluta. Celebrás un festín y en la ventana alguien te mira con hambre. Ugh, que se vaya, me incomoda - Pero amade mie, decía Baudelaire a sus adentros, como puedes ser tan cruel y tan belle. Y los adentros de les poetices, ya lo sabemos, son los adentros de la condición humana. Les poetices: libros abiertos. Todo libro abierto es un espejo, me refleja enajenándome. Yo consumo, luego mato. O mejor, alguien mata, luego yo consumo. Y los hay también quienes matan mientras consumen. O quienes consumen mientras dejan morir. Ya no quiero que el Estado ni la psiquiatría gestionen mi indiferencia ante la inanición y capturen mis afectos para sus fines. El tabú al propio dolor y al propio ejercicio de la violencia es cederle la fuerza y el poder a otres.
martes, 19 de enero de 2021
Lacrimosa
De un título de médico, especialización
En Psiquiatría, me ofrecieron la hostia
De sertralina 100 miligramos al día
Llevo este nombre marcado en la cara
Trastorno límite de personalidad
Ojos desorbitados, mirada perdida
Identidad fragmentada por lesión
Traumática. Emociones oscilantes
Picos y valles recorridos cuatro
O cinco veces por día, cada seis meses
Un intento de suicidio se asoma
Detrás de mis mejillas, en las quemaduras
Con las que pretendo cauterizar la herida.
Y la máxima entropía es la muerte
¿Por cuántos microestados bailaré
Antes de integrarme o irme?
Dia de lágrimas aquél día
Que se elevará de las cenizas
El hombre para ser juzgado como reo
Dia de lágrimas aquél día
El hombre para ser juzgado como reo
Perdónalo dios compasivo
sábado, 2 de enero de 2021
El pulpo y su neurofisiologia anarquista (¡¿?!)
Pensemos lo siguiente: Buszáki nos contaba como las neuronas más interconectadas entre sí a nivel anatómico estaban, a su vez, recibiendo señales de receptores cercanos entre sí, dado que así, el sistema puede representar la organización de la realidad: existen regularidades estadísticas que pueden ser captadas por los animales con cerebro gracias a los hábitos que generan al interactuar con su medio. El hábito está adquiriendo forma gracias a la regularidad estadística de ciertos fenómenos del mundo. Se conectan más y están más cercanas -topológicamente hablando- las neuronas que reciben info de mi pulgar y mi índice porque PUEDO TOMAR OBJETOS DE ESTA MANERA; los objetos se acoplan a la estructura de mi mano y por esto, mi cerebro puede representar el objeto.
Ahora vamos a los pulpos: los pulpos son invertebrados, no tienen huesos, sus grados de libertad son muchísimos más que los nuestros ¿por qué? Porque las posibles configuraciones que podría, en potencia, adoptar un tentáculo son inmensas! Piénsenlo así ¿de cuántas formas se puede enrroscar un espagetti? ¿qué sistema nervioso se requeriría para coordinar este tipo de comportamiento? No, es que no sería para nada económico: sería una red con DEMASIADOS NODOS Y DEMASIADAS CONEXIONES.
¿Vamos bien? Listo, aquí la cosa: si yo estimulo el "análogo" del pulpo, o sea, el sistema nervioso central, su encéfalo NO SUCEDE ESTO. O J O. Si yo estimulo una partesita de mi corteza motora primara, hay una activación de una parte de mi cuerpo; si yo estimulo una partecita de la del pulpo se activan varios tentáculos. Pareciera pues que el "cerebro" del pulpo coordina programas motores que ya venían forjándose desde antes. Aquí viene lo chido.
Dos tercios de las neuronas de los pulpos están en su sistema nervioso periférico, el resto en su sistema nervioso central. Cuando un pulpo va a comer algo, logra estructurar su tentáculo como si fuese un brazo... O sea, reduce los grados de libertad a tres, como en nuestro caso ¿cómo hace esto? Pues, al parecer, el pulpo lo logra porque CADA UNO DE SUS TENTÁCULOS tiene circuitos estructurados de tal manera que pueda SIMPLIFICAR la información que recibe su cerebro. En el caso de la prensión sucede así: divídase un tentáculo en tres fragmentos: proximal, medial y distal. Hay dos señales que se generan simultáneamente, una de la región distal a la proximal y otra de la proximal a la distal. Parece que cuando ambas señales se encuentran, ahí se genera una contracción que permite hacer una suerte de "pseudo-codo" del al pulpo. En otras palabras: mientras que para los mamíferos el cerebro ayuda a establecer hábitos y a actualizarlos, pareciera que en los pulpos quien cumple esta función es el sistema nervioso periférico -lo denominan "computación morfológica". Es un organismo cuyo comportamiento se coordina de manera no centralizada.
La neurofisiología del pulpo está descentralizada! Casi como si cada tentáculo fuese autónomo y el cerebro funcionara como un consejo asambleario para coordinar acciones que ya venían agrupadas previamente!