martes, 19 de enero de 2021

Lacrimosa



Bautizade bajo el manto sagrado
De un título de médico, especialización
En Psiquiatría, me ofrecieron la hostia
De sertralina 100 miligramos al día

En comunión con les anormales
Llevo este nombre marcado en la cara
Trastorno límite de personalidad
Ojos desorbitados, mirada perdida

Identidad fragmentada por lesión
Traumática. Emociones oscilantes
Picos y valles recorridos cuatro
O cinco veces por día, cada seis meses

Un intento de suicidio se asoma
Detrás de mis mejillas, en las quemaduras
Con las que pretendo cauterizar la herida.

La vida siempre danza al filo del caos
Y la máxima entropía es la muerte
¿Por cuántos microestados bailaré
Antes de integrarme o irme?

Dia de lágrimas aquél día
Que se elevará de las cenizas
El hombre para ser juzgado como reo
Dia de lágrimas aquél día

Que se elevará de las cenizas
El hombre para ser juzgado como reo
Perdónalo dios compasivo

sábado, 2 de enero de 2021

El pulpo y su neurofisiologia anarquista (¡¿?!)




En los mamíferos, como tenemos una estructura musculo-esquelética más bien rígida, nuestros grados de libertad son limitados. Imaginen su brazo: la rotación del hombro nos da un grado de libertad (arriba y abajo), la rotación del codo nos da otro grado de libertad (laterales), y la muñeca un último grado de libertad. Quienes han tocado violín saben lo importante que es coordinar estos movimientos. Esto significa que nuestro cerebro debe coordinar la actividad motora, para que las secuencias de "activación" de neuronas a lo largo de las estructuras necesarias pueda desembocar en unos cambios puntales en cada uno de estos grados de libertad -tocar el violín: un conjunto de señales que dice (i) hombro, (ii) codo y (iii) muñeca ¿va? Hasta aquí todo bien. Digamos que, si yo estimulo cierta parte de la corteza motora primaria -donde se representan los grupos musculares de los miembros- habrá una relación directa con cierta grupo muscular... No sé, si estimulo cierta zona, se moverá la boca. Esto se llama organización somatotópica. 

Pensemos lo siguiente: Buszáki nos contaba como las neuronas más interconectadas entre sí a nivel anatómico estaban, a su vez, recibiendo señales de receptores cercanos entre sí, dado que así, el sistema puede representar la organización de la realidad: existen regularidades estadísticas que pueden ser captadas por los animales con cerebro gracias a los hábitos que generan al interactuar con su medio. El hábito está adquiriendo forma gracias a la regularidad estadística de ciertos fenómenos del mundo. Se conectan más y están más cercanas -topológicamente hablando- las neuronas que reciben info de mi pulgar y mi índice porque PUEDO TOMAR OBJETOS DE ESTA MANERA; los objetos se acoplan a la estructura de mi mano y por esto, mi cerebro puede representar el objeto. 

Ahora vamos a los pulpos: los pulpos son invertebrados, no tienen huesos, sus grados de libertad son muchísimos más que los nuestros ¿por qué? Porque las posibles configuraciones que podría, en potencia, adoptar un tentáculo son inmensas! Piénsenlo así ¿de cuántas formas se puede enrroscar un espagetti? ¿qué sistema nervioso se requeriría para coordinar este tipo de comportamiento? No, es que no sería para nada económico: sería una red con DEMASIADOS NODOS Y DEMASIADAS CONEXIONES. 

¿Vamos bien? Listo, aquí la cosa: si yo estimulo el "análogo" del pulpo, o sea, el sistema nervioso central, su encéfalo NO SUCEDE ESTO. O J O. Si yo estimulo una partesita de mi corteza motora primara, hay una activación de una parte de mi cuerpo; si yo estimulo una partecita de la del pulpo se activan varios tentáculos. Pareciera pues que el "cerebro" del pulpo coordina programas motores que ya venían forjándose desde antes. Aquí viene lo chido. 

Dos tercios de las neuronas de los pulpos están en su sistema nervioso periférico, el resto en su sistema nervioso central. Cuando un pulpo va a comer algo, logra estructurar su tentáculo como si fuese un brazo... O sea, reduce los grados de libertad a tres, como en nuestro caso ¿cómo hace esto? Pues, al parecer, el pulpo lo logra porque CADA UNO DE SUS TENTÁCULOS tiene circuitos estructurados de tal manera que pueda SIMPLIFICAR la información que recibe su cerebro. En el caso de la prensión sucede así: divídase un tentáculo en tres fragmentos: proximal, medial y distal. Hay dos señales que se generan simultáneamente, una de la región distal a la proximal y otra de la proximal a la distal. Parece que cuando ambas señales se encuentran, ahí se genera una contracción que permite hacer una suerte de "pseudo-codo" del al pulpo. En otras palabras: mientras que para los mamíferos el cerebro ayuda a establecer hábitos y a actualizarlos, pareciera que en los pulpos quien cumple esta función es el sistema nervioso periférico -lo denominan "computación morfológica". Es un organismo cuyo comportamiento se coordina de manera no centralizada. 

La neurofisiología del pulpo está descentralizada! Casi como si cada tentáculo fuese autónomo y el cerebro funcionara como un consejo asambleario para coordinar acciones que ya venían agrupadas previamente!



sábado, 5 de diciembre de 2020

Sueles dejarme sole

Me hincaste tus ojos en los míos, con una mirada de fastidio.
Confundida me patologizaste esta alma caótica, que a veces llora desolada.
Te fuiste como se van todes
Sin dejar estelas, ni aromas,
Ni besos, ni abrazos. Despedidas
En fin, con forma de dolores
En las articulaciones entumecidas,
Por los vientos de los inviernos bogotanos.
Dicen más de mi, estas colillas de cigarros
regadas por el suelo, que las palabras
Que artículo con esfuerzo, cuando
El dolor, furtivo, me tumba bocabajo.
Y tu recuerdo no lo encuentro
Hurgando en mi cerebro
Sino acostandome en esta cama vacía
Sintiendo el frío de tu ausencia.
Y Mi tristeza es tan real,
Como las manchas de agua
Que sobre el suelo dejan
Estas cinco goteras.

Bailar en la cueva

"Ya hacíamos música muchísimo antes de conocer la agricultura"- Jorge Drexler, Bailar en la cueva. 






En un tiempo, quizá remoto, había una pensadora que quería entender el crecimiento de los seres vivos de la forma más abstracta posible. Tenía como meta encontrar un signo, un gesto, algo que le representara esa ambivalencia aparente del ser: la estabilidad y el cambio; el orden y el desorden. Sabía ya de Demócrito, de los átomos, del fuego Heracliteo, de la permanencia de Parménides. No bastaban nunca los escritos de la biblioteca. Su problema se revelaba en su propio método: estudiar el movimiento del mundo leyendo letras (¿muertas?) . Sintió vértigo cuando se dio cuenta... Su pensamiento ponía en movimiento las palabras, las ideas, los conceptos consignados en los papiros. Y estas, a su vez, daban estabilidad al flujo de su creatividad. Lo entendió claramente, el orden no es una propiedad pasiva, sino activa del mundo. La materia debía resguardar el potencial de moverse y Ordenarse. Los signos lograban emular ese orden, aún más, eran resultado de ese orden. 

Pensó que había ecos del pensamiento en muchas entidades. Quizá -se decía- estos girasoles sí aspiren a buscar la luz solar. Y en ese fluir de la energía del sol bañando sus pétalos, el girasol se ponía en movimiento. Pensó que entonces la mente refleja también estos ecos del mundo. Un canto que fue transformándose mientras viajaba por el tiempo, hasta llegar a ser palabras, gestos, miradas humanas. Un canto, quizá, omnipresente en todo lo existente. La música y la danza -se dijo- serán mis métodos de investigación. Estaba convencida de que estas artes tenían lo que ella buscaba: la puesta en movimiento de ciertos patrones ordenados organizados hacia un fin, una figura total; figura que, sin embargo, nunca era exactamente la misma . Eran artes vivas, no se copiaban las obras, se reproducían. Estaban condenadas al error, a la novedad. 

Entrenó a un grupo de bailarines de su comarca, les enseñó unas órdenes básicas para interactuar entre ellos. Una serie de pasos, señales, giros, saltos, volteretas. Procuró que sus bailarines aprendieran a distribuirse en un mismo espacio, les permitió explorar las trayectorias posibles, bailar caóticamente. Poco a poco, sus bailarines iban creando series de pasos sin que nadie diera orden. Las primeras reglas que les había enseñado había desembocado en patrones creativos, inesperados, impredecibles. 

Entrenó a otro grupo distinto de bailarines, con unas reglas ligeramente distintas y volvió a promover la danza. Cuando este grupo había encontrado su propio estilo, puso a ambos grupos a bailar juntos por primera vez. En un atardecer sublime, con un viento tibio silbando entre las ramas de las palmas, los guayacanes y las columnas de la biblioteca, se dio la danza. De alguna manera, ambos grupos empezaron a coordinarse luego de fases de desequilibrio y desorden. Algunas veces una patada con la pierna derecha significaba algo distinto para cada grupo, por lo que se veían obligados a disputarse el sentido; a veces lograban llegar a consensos modificando ligeramente sus pasos, dejándose llevar por la música y los cuerpos de los otros. Luego de un tiempo, ambos grupos se habían convertido en uno solo, que de tanto en tanto, se dividía en otros pequeños grupos que iban creando nuevos pasos, nuevas señas, nuevos saltos, que luego iban difundiéndose entre subgrupos y de nuevo eran sometidos a disputa o diálogo. 

Por fin había dado el primer paso, en su comunidad, para entender la potencia de vida que tiene el universo: la materia baila

domingo, 22 de noviembre de 2020

¿Cómo nos representamos el mundo? Pink Floyd y la evolución. Parte I

"And deep beneath the rolling waves

In labyrinths of coral caves

The echo of a distant time

Comes willowing across the sand" -Echoes, Pink Floyd


Un animal con cerebro tiene sensores y efectores. Los primeros "reciben" y los segundos "ejercen". Sensores pueden ser, por ejemplo, los receptores visuales de la retina, y efectores pueden ser las motoneuronas. En medio de ambos hay una gran "caja negra", que hace cositas mágicas. Se asumía que la mente estaba en esa caja negra, en ese montón de neuronas que intermedian el paso de una señal entrante a una de salida. De ahí que algunxs neurocientíficxs caigan en el error de buscar la experiencia dentro del cerebro. En neurociencia conocemos ya bastante la falacia homuncular -dentro de mí cabeza hay un sujeto que mira las imagenes que mi cerebro crea, pero ¿qué hay dentro de la cabeza de ese sujeto que mira las imágenes de mi cerebro para que ahí se de la percepción? ¿otro sujeto? ¿y luego otro? ¿y luego otro?

En el cerebro, las neuronas que procesan la información sensorial de un pulgar están más cerca a las que procesan la info sensorial de un dedo índice, por ej,  que de las que procesan la info sensorial de un talón. De manera análoga, las neuronas de la retina, la corteza visual y el tálamo procesan mejor estímulos visuales físicamente adyacentes. Por decirlo de otra manera: las neuronas se interconectan más entre sí si, a su vez, están representando eventos espacio-temporalmente cercanos. 

Tanto el procesamiento de info somatosensorial como visual involucran la corteza y, esta corteza, está subdividida en distintas áreas de manera funcional. Hay pues, una corteza somatosensorial y una corteza visual. Ambas áreas están organizadas mediante la repetición de estas microcolumnas que ven en la foto (fig.1). Estas microcolumnas, se hipotetiza, son las que llevan a cabo los cómputos de información nerviosa y funcionan en paralelo a lo largo de la corteza. 

Unamos ambas cosas: las diversas áreas de la corteza comparten unas micro-columnas cuyo funcionamiento es similar ¿cómo, entonces, es que pueden procesar información diferente? Esto podríamos entenderlo así: cada área está interconectada con un grupo específico de sensores -conos, bastones, mecanorreceptores ,etc-  que se organizan de tal manera que puedan captar las regularidades propias del ambiente. En otras palabras: hace sentido que estén más interconectadas tus neuronas que reciben aferencias del pulgar y del índice porque en el mundo físico es más probable interactuar con los objetos mediante la prensión que nos permite nuestro pulgar oponible. 

Aquí, me parece, llegamos a una conclusión muy hermosa que nos ofrece Buzsaki (2006) en Rythms of the Brain "organizar la mayoría de las conexiones localmente en módulos corticales habilita al cerebro a mapear relaciones-de-vecindad del ambiente más eficientemente, porque son las interacciones locales el principio organizativo principal del mundo físico" (pp.46-47). 

Fig.1 Módulos corticales de procesamiento de 
información según Buszáki (2006)

La manera mediante la cual el cerebro representa el mundo no es mediante imágenes internas, escondidas en las neuronas y leídas por un homúnculo. El cerebro no contiene la experiencia; la articula. Y la articula calibrando el ajuste entre organismo y medio, que es un flujo continuo de comportamiento. O sea, el cerebro sólo "representa el mundo" en la medida en la que ya pre-existe un acoplamiento funcional particular entre organismo y medio -de ahí que muchas más especies de diversos clados puedan adaptarse a su medio sin un cerebro. El cerebro sólo "representa estímulos visuales complejos" en la medida en la que el organismo dueño de ese cerebro ya tenga ese tipo de interacción con su medio en la que predomine la vista.  El cerebro es la condición estructural necesaria para que los seres vivos que lo poseen puedan interactuar de manera eficiente con su medio. Quizá sea más preciso decir que el cerebro no representa el mundo, sino que en él resuena el mundo. Resuena porque la estructura de nuestro cuerpo lo permite  y esa resonancia sirve como ritmo para la danza  vital de un animal. Y ahora... esa melodía ha resonado durante por lo menos 500 millones de años. Quizá resuene en nuestro cerebro el eco "nervioso" de quién sabe cuál hipotético antepasado primigenio, arrastrándose desde lo más profundo del mar, llegando a lo más profundo de nosotres. Somos música. 

martes, 20 de octubre de 2020

Hastiade de lo trascendental

"No me pidan razones para entender
La marea rebelde que me llena el pecho.
Mal en este mundo, mal con esta ley:
No hice yo la ley ni el mundo acepto." - José Saramago. 

Ya no creo en las secretas revelaciones de las drogas;
ni en levantar el polvero de mi alma
sacudiéndome el cuerpo con un polvo. 

Si me drogo es para sedarme y olvidar
el hastío que a veces me genera el mundo;
si culeo es porque nació de repente
del murmullo de anhelos entre cuerpos solitarios. 

Ya no creo en los caudillos, ni en los elegidos, ni en los genios.
No creo en los self made rich men, ni en los grandes
emprendedores, ni en los brillantes académicos.

Sea lo que sea que seamos, no es fruto de dones,
ni méritos perfectos, ni comandos divinos extra-terrenales;
sino de la perpetua danza de lo dado y lo posible,
de los naipes y los dados con que nos apostamos
el día a día de nuestras vidas. 

Ya no me importan  los destinos,
ni las misiones ultimas,
ni la prestidigitación de la providencia. 

Me importa la palabra que camina 
y no, la que por los cielos, altiva, planea;
 la que olvida que fue primero cuerpo antes que verbo... 

La que surcando alturas abisales, 
justifica arranques de violencia
Y luego exige nuestra reverencia
engendrando orgullosa sus males. 

Ya no creo, en fin, en los criterios trascendentales
para defender la dignidad, o el conocimiento, o la resistencia.
Si lucho, si conozco, si resisto es porque existo aquí y ahora
y sufro y amo y lloro. 

Esas son mis únicas certezas.

lunes, 12 de octubre de 2020

Especulación libre no.1: Por qué el humor no es inocente [revelado I]


 «En la risa observamos siempre una intención no declarada de humillar» - Henri Bergson

“Lo que confiere el carácter cómico o trágico a una historia es la distancia que tomamos respecto de lxs protagonistas” -Quizá Juanita. 

1.Cuando tenía unos 14 años, hablaba con Juanita sobre qué carreras estudiaríamos. Ella me habló de su interés por estudiar ciencia política o derecho, con la intención de mejorar al mundo. Mencionó después lo mucho que ansiaba un gobierno “feminizado” -tengan en cuenta que la memoria es endeble y este recuerdo está siendo leído desde quien soy hoy, es un parafraseo vago-. Yo respondí, a modo de burla que “las mujeres no pueden gobernar ¿te imaginas una pelea de greñas entre dos presidentas?”. Ella no río, yo sí. Hoy por hoy ningunx de lxs dos se ríe ante dicha frase -si alguno de uds se ríe, elimíneme-. ¿Qué cambio en mí? ¿por qué ya no me da risa el chiste machista? Para responder esta pregunta quiero que imaginemos el humor como un origami hecho de lenguaje. Plegamos el lenguaje de diversas formas, y cada paso, cada pliegue, es un paso necesario para el resultado: causar risa en un espectador. 

2. Pero para responder la pregunta de por qué ya no me da risa ese chiste, debo responder por qué me daba risa en primer lugar. Pongamos una situación hipotética en la que le cuento el mismo chiste a un tío uribista y este, en lugar de sermonearme, ríe alegremente conmigo. Conviene pues, que desglosemos los componentes que conforman ese encuentro entre mi tío y yo al reírnos. 

2.1. Parece evidente que deben existir por lo menos dos personas para que se dé el encuentro. Aquí hagamos otra distinción. Puede generarse un encuentro humorístico ya sea de manera (i) intencional o (ii) accidental. Es decir, puede que uno genere una situación mediante un error ridículo -accidental- o bien, mediante un chiste inteligente -intencional-. Como mi chiste fue intencional, quiero que nos centremos en esa modalidad de encuentro humorístico. 

2.2. Bien, tenemos dos agentes cuyo encuentro humorístico es intencional, así, podemos designar roles a cada uno de estos agentes. Uno será el humorista y el otro el espectador. Aquello que ejerce el humorista sobre el espectador lo llamaremos acto humorístico. Todo acto humorístico consta de un agente que intencionalmente quiere despertar risa en un espectador, un oyente, mediante el humor.  

2.3. A estos actos, les son concurrentes unas experiencias humorísticas, es decir, unas vivencias que tienen los agentes entorno del encuentro humorístico. Estas experiencias son distintas, pues la del humorista está "guiando" el encuentro, mientras que la del espectador está siendo "guiada". Para responder a la pregunta de por qué a mi tío uribista le da risa el chiste, tenemos que analizar la experiencia humorística del espectador. No nos centraremos en cómo guío el encuentro sino cómo es guiado mi tío y por qué puede ser guiado en primer lugar

3. Para analizar la experiencia humorística del espectador quisiera que usáramos el chiste machista como objeto de análisis. Describamos los distintos momentos de esta experiencia humorística para clarificar eso que hacemos tan automáticamente al reírnos de un chiste. Retomemos el escenario hipotético: estoy tomando unas polas con mi tío y le digo "tío ¿sabés por qué las mujeres no pueden gobernar? Porque qué boleta una pelea de greñas entre presidentas". Mi tío se ríe conmigo. Ahora pongámonos en los zapatos de mi tío ¿qué es lo que él ve en mí cuando despliego mi humor? Si me mira con detalle, podrá ver que el despliegue de mi humor no es otra cosa que los pliegues del lenguaje que hago, para hacer mi figurita de origami. 

3.1. Primer doblez: introducción del contexto. Este doblez será la base del resto de la figura, o sea, del chiste. Este primer momento de la experiencia humorística consta de ser introducidx a un tema sobre el cual tenemos una expectativas que compartimos con el humorista; expectativas que emergen de unas creencias comunes. En otras palabras, es la introducción de una cotidianidad y un conjunto de posibilidades que puede tener dicha cotidianidad. Veamos. Yo digo "por qué las mujeres no pueden gobernar?" Aquí ya presupongo una creencia compartida entre mi tío y yo -las mujeres no pueden gobernar-, pero hago una pregunta, que genera expectativas en mi tío. El primer doblez, el primer momento de la experiencia humorística es pues, preparar el terreno de lo cotidiano para sembrar la semilla del asombro. Le digo a mi tío que pensemos en conjunto las posibles implicaciones de mi pregunta. El humorista aquí toma un papel fundamental. 

3.2. Segundo doblez: un giro inesperado. Este doblez es el que le da consistencia a nuestro origami. Este segundo momento de la experiencia humorística es la introducción de un elemento disruptor, que avivará la curiosidad de nuestro oyente, en tanto viola sus expectativas. Veamos. Yo digo "porque habría presidentas agarrándose de las greñas". Lo esperado para un machista es la pelea de greñas, pero ¿entre presidentas? ¿entre el "pulcro" escenario de la política pública? Esta imagen disruptiva es el elemento inesperado que viola la expectativa del oyente. Esto va de la mano con la teoría del humor que propone Bergson, quien nos dice que "Se obtendrá una frase cómica insertando una idea absurda en el molde de una frase consagrada” (2007, p.86).

3.3. Introduzcamos una hipótesis de lo mental. La mente tiene como función esencial el generar hipótesis sobre el mundo y contrastarlas de acuerdo con la información que adquiere del mismo, con el fin de disminuir los niveles de discrepancia, de desajuste. Es decir, un sistema cognitivo genera modelos, predicciones, que serán puestas a prueba con la realidad. "Donde hay un desajuste significativo entre la predicción y las señales entrantes, la discrepancia (el error residual, o el error de predicción) se mueve hacia adelante (o hacia "arriba") a través de un sistema jerárquico que ayuda a refinar las predicciones" (Nave, Deane, Miller y Clark, 2020, p.3). 

3.4. Si el humor genera errores de predicción, fomenta el refinamiento de las predicciones. En otras palabras, la experiencia humorística supone una forma de aprendizaje. Las expectativas de mi tío se ajusta con cómo se le presenta el mundo. Como es un hombre, blanco, uribista, machista, etc, el mundo se le presenta dentro de este espectro patriarcal. No sólo a nivel simbólico sino también material. Es decir, mi tío no sólo tiene una forma particular de representarse el mundo que es patriarcal, sino que también ocupa posiciones sociales que le confieren una posición de superioridad frente a, por ej, su esposa. 

3.5. Así, el elemento disruptivo del segundo doblez tiene como objetivo paradójico refinar las hipótesis que hace mi tío sobre el mundo y lo femenino, reafirmando sus creencias y no cambiándolas. Este es el tercer doblez, el tercer momento de la experiencia humorística. Y este momento no es más que el momento en el cual el oyente encuentra lo cotidiano dentro de ese elemento disruptivo; a saber: la pelea de greñas. Lo disruptivo para él es que se de en la esfera política pública, no que haya mujeres "que se pelean por las greñas". Por eso, este elemento disruptivo es ambivalente: genera sorpresa pero también reafirma lo cotidiano. 

4. Las transformaciones cómicas de las proposiciones, según Bergson. En su libro "La risa", Bergson (2007) nos habla de aquellas operaciones lingüísticas que debemos hacer para que una declaración que hagamos devenga cómica, genere risa. Propone tres tipos de transformaciones, pero aquí nos centraremos sólo en una: las transposiciones

4.1. Para Bergson esta es la transformación que tiene mayor fuerza cómica -que puede generar más risa- y consta en "transponer una idea a un tono que no es el suyo" (Martín, 2011, p.148). Por ejemplo, en nuestro chiste hay dos tonos: lo solemne, que estaría en lo público-político y lo familiar que estaría en la pelea de greñas. Cuando al hacer el chiste hablamos de la pelea de greñas como elemento constitutivo de ese mundo político hipotético, hacemos una transposición de lo solemne a lo familiar, que nos da como resultado una parodia de lo político. Es decir: leemos lo familiar y mundano -una pelea- en un tono solemne. Si se transpone de  A a B, lo que se hace es leer a B en función de A. No obstante, pareciera que este tipo de transposición es más afín a actos humorísticos en formato de obras dramáticas, series, películas, musicales, etc. Así, es la presentación constante de una historia familiar leída en tono solemne lo que le da el carácter de parodia: a saber, ver en asuntos "mínimos" cosas de suma importancia. En otras palabras: transponer lo solemne a lo familiar es cantar una melodía familiar con una armonía solemne -i.e Cantar un reggaeton sobre una obra de Baethoven. Esta primera transposición, pues, es la génesis de  un género de lo cómico: la parodia. 

4.2. Transposiciones entre lo real y lo ideal. Uno de los tipos de transposiciones consiste en hacerlas entre lo real y lo ideal, lo que es y lo que debe ser. De estas transposiciones posibles, Bergson nos ofrece la génesis de la ironía y del humor. "La ironía consiste en enunciar lo que debería ser, fingiendo creer que es precisamente lo que es. El humor se caracteriza por describir minuciosamente lo que es, aparentando creer que es lo que las cosas deberían ser." (Martín, 2011, p.149). 

4.3. Así pues, si aplicamos la fórmula derivada en 4.1 (transponer A a B es leer a B en función de A), el humor hace una descripción de las cosas en un tono normativo, es decir; la experiencia humorística nos vende un "es" como si fuera un "debe ser". Es un dispositivo retórico sumamente eficiente para la legitimación de órdenes sociales. Es una transposición de lo ideal a lo real. 

4.4. Por eso nos dice Bergson "El humorista es aquí un moralista que se disfraza de científico, algo así como un anatomista que no haría la disección sino para repugnarnos; y el humor, en el sentido restringido en el que tomamos la palabra, es una transposición de lo moral a lo científico"(2007, pp. 97-98) 

5. Si hilamos los puntos hasta aquí expuestos podemos llegar a unas conclusiones

5.1. Un acto humorístico puede, en esencia, ser un acto moral y político. Mi chiste machista crea un vínculo entre dos personas machistas para burlarse en conjunto de una persona que vale menos de acuerdo con sus creencias. Esto se logra mediante la presentación de lo cotidiano (tono moral) de manera novedosa (tono científico). Al hacer los tres dobleces de nuestro origami, al pasar por los tres momentos de la experiencia humorística, al reírnos del chiste machista, estamos diciendo: así es y así debe ser

5.2. De esta manera, para que un acto humorístico sea efectivo, debe de alguna manera establecer un vínculo entre los agentes involucrados. Para reafirmar colectivamente creencias es necesario que existieran creencias en común previas. 

5.3. Así, los distintos sentidos del humor denotan diversas comunidades de hablantes, con distintos tipos de interacciones, relaciones de poder, valores, creencias, etc. Retomando a mi pregunta inicial de "por qué ya no me da risa el chiste machista", la respuesta es: porque ya no pertenezco a ni me enuncio desde esos lugares. 

6. Las reflexiones sobre cómo es el acto y la experiencia humorística desde el humorista serán parte de próximas especulaciones. 


Referencias: 

Bergson, Henri (2007). Le rire, Paris: Presses Universitaires de France.

Nave K, Deane G, Miller M, Clark A (2020). Wilding the predictive brain. WIREs Cogn Sci.2020;11:e1542.https://doi.org/10.1002/wcs.1542

Martin, J. (2011). El humor y la ironía en la risa de Henri Bergson. Filosofía UIS, Volumen 10, Número 1 enero - junio de 2011, pp. 143 - 159

[en negativo]

domingo, 11 de octubre de 2020

Especulación libre no.1: Por qué el humor no es inocente [en negativo]




Abrís los ojos y te das cuenta que sos el Teniente Archi Hicox, haciendo inteligencia en un bar nazi. Aparecés justo en el momento en el que el camarero pregunta cuántos vasos quiere la mesa. Ya te viste la película, ya sabés que un mero gesto con las manos puede encapsular la historia de cómo aprendiste a contar en tu país.

Evitás la masacre, hacés el gesto del tres en alemán. Hellstrom sigue dudando de vos, pero la coge suave. La noche sigue y el bar se llena de más oficiales de alto rango de las SS. Aldo te hace un chiste anti-judío, pero vos no te reís. No te causa gracia. Pero la cagaste. Se te olvidó que el humor también denota pertenencia; Hellstrom quería ver si eras capaz de reírte con los nazis, de reírte de los judíos y humillarlos con tus compañeros. Todos notan que no te reís y te miran raro.
Ahora Hellstrom dirige la atención de toda la audiencia hacia vos haciéndote una broma: te dirige una ironía, sos objeto de la burla. Cuidado, están simulando tu excomunión; si no asumís públicamente que la cagaste riéndote de vos mismo como petición de disculpas, se van a dar cuenta que no sos nazi ¿qué hacés? ---
Si cambian "nazis" por "transfobos" y "chiste judío" por "chiste transfóbico" obtendrán el mismo resultado: el humor puede usarse como herramienta para reafirmar creencias morales.

[revelado]

 

martes, 11 de noviembre de 2014

Las risas

Las Risas

Un señor de mediana estatura se sienta en un banquito
y se fuma un puro, la nicotina lo adormece y siente un
ligero vacío en el vientre.

Se ríe y el viento le abraza la piel expuesta, como un
baño en una piscina de plumas. Se ahoga, tragó mucho,
se ríe.

La gente lo mira con desconsiderado y atrevido disgusto
"Fijáte, los dientes todos cafés" dice uno, mientras el
viejo... ríe. Ríe todo el tiempo.

Se ríe aunque el cancer, ríe aunque la gengivitis y ríe aunque se ahogue.
Ríe, en fin, el viejo. De la vida, de la gente, de todo se ríe(...)

(...)Las risas se suben hasta los ojos,
llaman al viento y piden otro abrazo.
Ese mutualismo, es una accidente netamente causal.
El mundo no es el que le da risa al viejo;
Es el mundo el que se ríe y, el viejo,
que lo conoce tanto, lo refleja.
El mundo se ríe de nosotros. Dice el viejo:
Yo me río con él

domingo, 16 de marzo de 2014

Julian: Voy a dar a luz ¡voy a dar a luz! *entre gemidos de dolor y desesperación *
Médico: *calmado, pero imperante* Por favor recuéstese en la camilla
Julian: ¿Y la luz?
Médico: Recuéstese*el médico mira al enfermero más alto*, traigan el litio.
Enfermero alto: Entendido Doctor
Julian: Señor, he tenido fuertes dolores abdominales… y en la espalda… y se me antoja comer nucita con...
Médico: ¿Nucita con…?
*El enfermero se acerca, le entrega el lito al Doctor que lo agarra sin apartar su mirada del paciente, que está exaltadísimo mirando al doctor como un niño que se enceguece por el sol*
Julian: Nucita con... *desvía los ojos para abajo*
*entra el otro enfermero*
Enfermero 2: Tengo la dietilamida de ácido lisérgico
Médico:Excelente. Ahora muchachos *el médico levanta ambas ampolletas al aire y las mira con profunda admiración*, podremos curar a nuestro paciente que tal parece sufre de un nuevo trastorno psicótico
Enfermero 2: ¿qué clase de trastorno?
Médico:Se llama, Trastorno de Sócrates
Enfermeros y paciente: ¡¿De sócrates?!
Médico:Sí, este hombre va a parir una idea y el mundo no las necesita! *esto con ligero tono de rabia*.Estamos repletos, extenuados, saturados*esto dicho con claros signos de locura*
Enfermero alto *agarra una jeringa*: El LSD te dolerá intramuscular, pero te hará volar non-muscular
Enfermero 2: El litio te pondrá feliz, y adicionará más fuego a la fogata de neuronas quemándose
Enfermeros y Doctor: Y un trabajo bien hecho para poder comer bien
El paciente: No *gritando y alargando el monosílabo*Mi hijo ¿van a matar a mi hijo?*casi desesperado*
*Los enfermeros lo dopan con las sustancias**Se cambia de escena*


*Llega un viejo de esponjosa barba blanca*
*entra a paso lento, medio cojo pero sabio*
Viejo: Hoy día, la verdad está sepultada bajo sus propias bocas, tras los dientes, intentando escurrirse entre las pequeñitas fisuras… Y pensar que pudiera pasar tanta cosa por esos aparatejos...
*sale una viejita con el mismo aire que el del viejo*
Viejita: Ay ay *quejándose de las quejas ajenas* Dejá ya tus teorías de conspiración, que siempre ha sido algo inherente a la gente el hecho de ocultarse de la verdad.

Viejo: ¡Pero cómo se te ocurre! Si lo único que se puede afirmar es que quienes han sido felices en su vida han sido capaces de soportar la verdad.

Viejita: ¡Soportar que en verdad no hay verdades!


Viejo: ¡Mujer! Calla, no digas paradojas absurdas. *mira al público* La verdad de la verdad es que es la llave de la felicidad, en eso consiste la virtud. Si no me creen, mírenme a mí. Pero este mundo, éste mundo persigue a la pureza y la amedranta, bastará con mostrarles la historia de Julian, que vivía en un mundo agobiado por las cosas, había más cosas que vida y… en últimas… él mismo se consideraba una cosa *cara de tristeza* ¡Hasta dónde hemos llegado!

Viejita: *mira al viejo como en burla y con desdén de manera sin embargo jocosa* Sócrates, tú y tu terquedad...
Viejo: Fui feliz y eso merece respetos… en fin la historia de Julian se remonta a tiempos remotos remotos *diciéndolo con eco*
Vieja: Fue hace un mes.
Viejo: ¿Me podés dejar contar la historia?
(El viejo cuenta la historia mientras se hace una clase de baile, todos vestidos con ropas similares y con máscaras, si es posible la misma máscara, mientras danzan al son de La danza de los caballeros de Prokofiev, no sonará más de 40 segundos. El último en llegar es Julian)

El mundo como les decía era todo gris, y la gente olvidaba ver a los ojos; hablar se había vuelto una actividad casi forzada.

(Deja de sonar la música pero la gente sigue caminando. Están todos jugando Flappy Bird, pierden menos Julián, la gente se enoja y le hace zancadilla a Julián. Acto seguido se abalanzan al celular para poder ver el puntaje)

Persona 1: ¡Já! *alza el celular en modo de burla y todos los demás miran* Apenas sacó 16 de puntaje

Persona 2: Qué horror *asqueado*
Persona 1: Qué repugnante
Persona 3: Pásenmelo *agarra el celular*
(Todos intentan quitarle el celular a persona 3, que en últimas, guía a toda la gente fuera del escenario mientras se puede ver a Julian tirado en el suelo, deprimido porque le han quitado su alma)

Julian: Ay ay… *llorando* ¿ahora qué haré? *se para, empieza a mirarse las manos* *se toca el cuerpo* *coloca gesto de extrañeza* ¿desde hace cuánto que tengo tanta carne saliendo de mi cabeza? *sigue mirándose su cuerpo aún más extrañado*

Qué vacío *desesperación*. Ahora no podré chatear, ni jugar, ni usar aplicaciones, ni instagram, ni… Whatsapp *cara de terror* NO NO NO! ¿Ahora cómo va a saber la gente que existo? Y justo hoy… Ayyy, justo cuando sacaba mi mejor puntaje.

(Entran un Guitarrista viejo y una vieja tocando y cantando, al final de su entrada gritan un Olé. Ambos son personajes pintorescos, burlones)

Viejo: ¿Qué se necesita para que un grupo de personas le arrebate un celular a otra?

Vieja: No sé, no sé, contános

(Julian los mira con cara expectativa)
Viejo: Que les falte el alma *se ríe como loco*
Vieja: Yo me sé uno, yo me sé uno… ¿por qué la multitud cruzó la calle?
Viejo: ¿Por qué? ¿Por qué?
Vieja: Porque había una tienda de Apple en el otro lado *risa de loca*
Viejo: *se ríe* *para súbitamente* Calma, calma, como sigas así nos demandan por competencia desleal.
Vieja: *mira a Julian con pesar* Ayyy pobre pequeñuelo, *mira al viejo* ¿Lo adoptamos?
Viejo: Si la menopausia te puede… no hay de otra
Vieja: ¡Si te falta la potencia! No hay de otra.
Julian: *los mira y pregunta* Pero ¿quiénes son ustedes? Primero encuentro que tengo piernas y ahora veo a dos sujetos como ustedes…
Viejo y Vieja: Somos *esto dicho con euforia* ¡Tus padrinos mendigos!
Julian: ¿Padrinos mendigos?
Viejo: Es una broma muchacho, somos dos músicos callejeros
Vieja: ¿Cuál es la diferencia entre mendigo y músico callejero?
Viejo: ¿No te respetas ni a ti eh?
Julian: ¿Quiénes son ustedeees? *con rabia*
Vieja: El pequeño cocodrilo, para aprender sus cantares
Viejo: Usa las aguas del Nilo con sus notas musicales
Vieja: la pregunta Julian no es quiénes somos nosotros sino…
Viejo: ¿Quién-Eres-Tú?
Julian: ¿Yo? *mira a todos lados buscando saber quién es él* Soy… Julian
Vieja: Quién
Viejo: Eres
Vieja:Tú
Julian: No lo sé *grita* No sé nada desde que perdí mi Smartphone ¿qué foto habrá subido Manuela? Me contaron que ya le arreglaron la nariz
Vieja: Me parece que a este ya lo agarraron también *cara de profunda tristeza*
Viejo: Lo acaban de soltar, jugar mal el flappy bird trae sus beneficios.
Julian: pero qué… *es callado por los viejos*
Viejo: Nos buscan, recuerda mirarte al espejo y que nosotros no existimos bai bai
(Se ríen los dos viejos mientras se van tocando ritmo flamenco en la guitarra y bailando)


(Llegan dos enfermeros/as y un doctor vestido de cirujano, los enfermeros tendrán narices de cerdo)

Enfermero 1: Huele a rebeldes por acá
Enfermero 2: Y sin bañar *cara de asco*
Doctor: Y tú ¿qué haces ahí? *señala a Julian* Vete de acá, hemos percibido movimientos insurgentes, ve a tu casa, y *le pica el ojo* No se te olvide la nueva aplicación que lanzamos
Julian: Pero usted no entiende… mi celular… me lo…
Doctor: Sé que se lo entregamos nosotros señor *mira al público con orgullo* Nos cercioramos de que todos aquí tengan su excelente celular, por cierto, que no se te olvide votar nosotros, eso de dar tamal es muy poca cosa para nuestros conciudadanos.
Julian: no puedo votar si no tengo cel…

Doctor: Se le agradece su apoyo, ahora por favor retírese.
Julian: ¡Como quiera! *se va resignado a su casa*
Enfermero 1: Qué feliz se veía ese muchacho
Enfermero 2: ¿Qué sería de nosotros sin usted, Doctor?
Doctor: Seríais todos un montón de inútiles inservibles para mi gobierno.
Enfermeros: Qué gusto trabajar con usted.
Doctor: Suficiente. Ahora tenemos que planear cómo acabar con esos insurgentes y quebrar todos los espejos de la ciudad, más vale verse por nuestras cámaras de 11 megapixeles.
Enfermero 1: ¿Y si convocamos una reunión con los demás dirigentes?
Enfermero 2: Sería la mejor manera de buscarle solución
Doctor: ¡Por el santísimo Steve Jobs! Pero si a esta hora comienza la reunión. Nos vamos ya mismo.
(Se van y luego suben las mismas personas que tenían las máscaras pero esta vez sin ellas, de esta manera se ahorra personal. Todos estarán parados –o sentados dependiendo de los recursos viables- discutiendo los nuevos métodos de gobierno)
Persona 1: … Por eso, propongo que mañana les subamos el sueldo a los administradores de las páginas de Facebook para que se las ingenien para apegar más a nuestros queridísimos conciudadanos a sus teléfonos.
Persona 2: Mientras menos se conozcan las personas a sí mismas, más vacías, más domables.
Persona 3: Bendita sea la tecnología y su mal uso
Todos tres: Bendita sea.
Persona 2: Excusa perfecta para que los que están cerca de nosotros no nos molesten.
Persona 3: Para alejar a los que nos rodean y creer que acercamos a los que están lejos
Persona 1: Bendita sea la tecnología y su mal uso.
(En esto llegan el Doctor y los dos enfermeros)
Doctor: Atención *voz de trueno*
(Todos se estremecen. Miran al doctor)
Doctor: Esclavo *mira al enfermero 1* Púleme las gafas
(El enfermero 1 lo hace -notándose su entera sumisión- y se las coloca al Doctor)
Doctor: Señores, tenemos problemas ¿recuerdan a Sócrates y su Mayéutica? (todos se quedan callados mirándose las caras, ademán que hacemos cuando ignoramos algo) Pues bien, parece que se han escapado del mundo de las ideas.

Todos: ¡Oh Steve Jobs mío! ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Qué es el mundo de las ideas?
Doctor: Y además ¡están pervirtiendo a la sociedad! ¡Como si la cicuta no hubiera sido mucho! Ese infeliz *rabia*
Enfermero 1: Doctor… ¿quiénes son esos?
Doctor: No es menester tuyo el saberlo.
Persona 1: Bueno, ¿podemos proseguir con el final de nuestra reunión?
Doctor: *afirma con su cabeza*
Persona 3: Por la dominación de las masas por medio de bastas cantidades de aplicaciones
Persona 2: Por alejar a las personas de ellos mismos y acercarlos a un mundo virtual
Doctor: Por darme poder y dinero sin fin.
Todos: Bendita sea la tecnología y su mal uso
Enfermero 2: Y… ¿su buen uso?
Doctor: Mientras más escondido lo mantengamos mejor. Reunión finalizada, ahora lárguense a sus casas. Las elecciones son en ocho días, no se olviden.
Todos: Votaremos por usted doctor, téngalo por seguro.
(Cambio de escena. Casa de Julian, debe notarse el tocador con el espejo hecho de aluminio)
Julian: ¿Quién soy yo? Buena pregunta, me llegan recuerdos tan borrosos de la infancia, cada vez que busco mirar atrás encuentro una pantalla… Mi pantalla ¡cómo la extraño! Al menos así evitaría tener que sentirme sin saber quién soy… es como si yo mismo fuera un celular… sin memoria SD *cara de tristeza*
(Julian se mira en el espejo, se aparece una persona vestida de celular gigante –o bien uno de los personajes con más cara y un celular en la mano seduciendo a Julian, mientras suena Addicted to you de Avicii. Se hace una clase de danza entre ambos hasta que llegan el viejo y la viejita)
Viejo: woah, calma muchacho. No confíes en las ilusiones… por cierto
Vieja: ¿Ya sabes quién eres?
Julian: Agh *grito de rabia* Sí, sé quién soy. Soy Julian y punto.
Viejo: Oh señor Julian, ya sabes quién eres, tanto como para poder escribir una autobiografía o un libro de autoayuda, podrías colaborar con Coelho si no te molesta.
Vieja: Julian y Punto ¿eh? ¿Qué quieres para tu vida?
Julian: Quiero… quiero… quiero ser el mejor de Flappy Bird y así poder impresionar a las chicas.
Viejo: Porque no hay nada más impresionante que un hombre que sepa usar bien su pulgar sin sufrir tendinitis.
Vieja: Si ni siquiera puedes mirarlas a los ojos ¿cómo es que lo quieres?
Viejo: ¿qué es lo que quieres Julian y Punto?
Julian: No soy Julian y punto, soy sólo Julian y quiero ser feliz como lo era con mi celular.
Viejo: Vaya felicidad que tenías que en cuanto te lo arrebataron se te olvidó quien eras.
Vieja: ¿Eras realmente feliz?
Julian: *mirando hacia abajo* No, no lo soy.
Viejo: *risa de loco* buena suerte con el espejo Juliansito, ya nos vamos.
Vieja: *risa de loca* Que no te agarre por la espalda *risa de loca*
(Se van los dos viejos, se queda Julian a solas mirándose al espejo)
Julian: Así que no estaba feliz, estaba adormecido… ¿cuánto tiempo he gastado de mi vida observando esa pantalla desgraciada y seductora? ¿Cuánta belleza he ignorado? *se le empieza a rasgar la voz* No, no puedo verme así *se voltea y baja la mirada* ¿Qué es lo que quieres y quién eres?
(El espejo de papel aluminio se rompe y salen dos manos que agarran a Julian de la espalda)
Voz en off: No me abandones, he esperado demasiado tiempo para que te enfrentaras con tu reflejo. Los días perdidos no se recuperan, pero el porvenir está a tu disposición como está el viento a disposición de los pájaros en el verano. Hace mucho que te llamaba y sólo ahora vuelves.
Julian: *desespero y sollozos* No soy capaz de verme, siento que hay un espacio de tiempo perdido en frente mío.
Voz en off: Aún hay tiempo para usarlo, Julian. Mientras vivimos somos una eternidad que dura hasta la muerte, todo acto que hagas en la vida no es perdido, es sólo una hoja que se seca en el pasado y aún quedan muchas más ramas para florecer.
Julian: Aún si tengo todo el tiempo del mundo y tanto espacio para dar flores ¿qué es lo que quiero? ¿Qué queremos Julian?
Voz en off: Entender el mundo, la vida y disfrutarla, no hay más respuesta. Ni los más complejos textos filosóficos pueden refutar esa verdad. Queremos ser felices, es el principio de toda ética.
Julian: ¿cómo soy feliz en este mundo sin pasión?
Voz en off: El mundo es el mundo, la pasión la pones tú. La tristeza engendra más tristeza, la violencia más violencia, si logras conectarte completamente conmigo puedes irradiar felicidad.
Julian: ¿Y el gobierno que nos dirige?
Voz en off: Puedes elegir, ya has ascendido parte de la caverna y la luz que ves es más pura. Para que los cambios se produzcan no basta con criticar sino con actuar. Eso sí, ten cuidado de ese doctor. *las manos lo sueltan y se desaparecen*
Julian: Entonces… soy… soy extensión del mundo y vida. Hago parte de él como él de mí. Somos uno. *gesto de dolor como de parto* *se toca la barriga* Esa es la verdad *más gestos de dolor* *un poco de risa* ¡Soy uno con el mundo! *grito de dolor se tira en el suelo*
(En esto vienen los viejos)
Vieja: Sócrates, este hombre va a parir una idea, ven rápido tú que eres el bueno para esto.
Viejo: No estoy preparado para ser abuelo *mira al público*… ha pasado demasiado tiempo.
Vieja: ¿dónde está tu gran hombría señor? se nota que las mujeres somos más fuertes para estas cuestiones. Ven y ayúdale al pobre hombre.
Viejo: Ya voy, ya voy *cara de impresión* En serio ha pasado mucho tiempo
Vieja: Sigues siendo el Partero de ideas de siempre, así que muévete, cobarde.


Viejo: Bien, Julian, tranquilo, respira. Sólo tienes que relajarte y soportar la verdad, sé que al comienzo es complicado sentir el torrente de belleza que cae sobre nosotros, pero luego… luego es briza y llovizna.
Julian: Viejo… quiero… quiero… quiero comer nucita.
(El viejo lo mira con cara de “¿estás jodiéndome?”)
Vieja: Lo perdemos Sócrates, ponéte las pilas.
Viejo: Julian *Grito de angustia*
(Aquí llega el doctor con sus dos enfermeros)
Doctor: Aquí están ustedes dos, ratas repugnantes. *mira a los enfermeros* Ustedes, revisen el espejo y destrócenlo, no sea que vengan más reflejos.
(Julian queda inconsciente y el doctor se acerca a Sócrates mientras Mayéutica asustada piensa en que hacer)
Viejo: Nos vemos de nuevo
Doctor: Y por última vez *agarra a Sócrates del cuello*
Viejo: No creas que no volveremos a escapar *Risa de loco*, no puedes ocultar el sol *quedándose sin respiración* con un dedo *desfallece*
Vieja: Sí serás, sí serás… ¡Qué te quede claro! Julián no fue el único que nos presenció *Risa de loca* hay en el mundo demasiada belleza para ser ignorada, tus métodos de manipulación no son mayor cosa al lado de la naturaleza. Permíteme irme de este mundo también. *desfallece bajo su propia voluntad*
Doctor: Enfermeros, traigan la camilla, este hombre no debe tener esta idea, el mundo no las necesita.
(Lo colocan en la Silla, Se repite la escena primera, luego de repetirla se continúa la historia. El médico se va con sus enfermeros y queda Julian solo haciéndose el dormido, luego se levanta.)
Julián: Ni la más grande sombrilla puede cubrir la lluvia que me cae encima. Ahora resistiré y combatiré en silencio las injusticias de la vida. En algún mundo, en algún momento nos despertaremos de este sueño tremendo, esta amnesia profunda y, recordaremos que se puede ser mejor. Cada día me comprendo y conozco más… ¿Y ustedes?




FIN DE LA OBRA

viernes, 7 de marzo de 2014

El domo



Los vientos boreales tienen una aspereza sólo comparable con la lija, podría decirse incluso que así de negra. Es muy extenso el domo, no podría decir con certeza su longitud, incluso pidiéndole ayuda a Newton, no habría manera clara de especificar la distancia, casi podría decirse que  rodeo con pasos infinitos un terreno ilimitado.

Hay algo que me llama mucho la atención mientras cumplo mi condena mítica tan similar a la de Sísifo, quiero decir que, mientras doy vuelta al domo puedo observar al otro lado, una silueta muy móvil –como los copos de nieve-, es una silueta luminosa. Ayer la vi danzando y de la mitad para abajo había una secuencia de movimientos serpentinos, delicados y pronunciados; en cambio, de la parte superior se notaban movimientos un poco más bruscos, movimientos incitantes, tentadores, una recompensa a reclamar una vez encontrara el final del domo.

He estado pensando cómo encontrar la salida, tengo dos opciones: Si el domo es finito, le habré dado un sinfín de vueltas y, naturalmente, he de haber perdido de vista la posible salida, o quizá entrada-detalle para nada inconveniente, pues no afirma la inexistencia de la salida- y para poder salir o entrar, tendré que fijarme muy bien en los rastros que deja el viento helado; si en cambio, el domo es infinito, buscaré llamar la atención de la silueta dándole golpes al domo, no habrá salida visible, pero tendré motivación para buscarla.

Los vientos siguen silbando sus cantares tristes, pero encontré la silueta. Puedo jurar que siento las vibraciones de sus movimientos chocar con el domo y cómo se traducen en notas percutidas, a ritmo detambores nativos. Ahora comienza su danza y me envuelve como una tormenta, su movimiento es vivo como el vuelo de las aves. Golpeo fuerte el domo, siento el frío y los cristales hincarme las manos, la silueta danza con más sutileza, y golpeo con más intensidad, debe oírme, me oye, me oye. Veo que se acerca un poco y la translucidez del domo se convierte en transparencia mientras más rápido se mueve la silueta. Puedo calentar la nieve que me rodea y provocar un caudal de agua hirviente, golpear el domo como un poseído percusionista del ritual, la sangre que derramo es un sacrificio para el éxtasis. La silueta se mueve más cercana y más clara es su imagen, cuatro líneas curvas serpenteantes en la parte superior se enredan entre sí, en cambio parece una columna la parte inferior. Puedo golpear el domo más fuerte y despertarme de mi hipnosis para llamarla al trance, sólo entonces cederé a la sinrazón. La silueta se acerca más y presencio la desgracia: No es una, son dos las siluetas entrelazadas, la sangre sólo para de chorrear cuando el corazón se detiene. Ahora goteo mientras la corriente del caudal me lleva al fin eminente del domo. La salida sólo estaba al renunciar esa carrera, quizá en otra vida haya para mí una silueta.


sábado, 22 de febrero de 2014

It was really late when Mark arrived; he was slowly coming to us. First He was a diffuse shadow on the horizon, surrounded by the big fat old sun. San Tropez used to be a calm city until war came upon it, then it became portray of violence and sorrow. May God free us all from devil.
Mark had his rifle hanging on his back obliquely and the shadow projected by his body quickly faded away once he reached the Base:
-Twenty dead; the insurgents besieged a school to get him… You know what anger does on people, and let us not mention the fact it was a massive amount of them… collectivities tend not to think with reason but with spirit.- Then his eyes went down and silence showed its tender and soft, tempting claws.
I spotted a tiny seagull rounding the coast –now empty and grey-, its eyes caught my attention so strongly I started feeling dizzy, not sure whether by  the warm weather or by the look in its eyes, there was something that alarmed me, its eyes were an ominous.
-I still don’t get why the fuck we're so concerned in that boy, I do understand that as soldiers we must obey orders, but fighting these senseless wars is just absurd. And now, the insurgents kill twenty children just because they couldn’t get the motherfucking child.- The silence was broken as if a stone had been thrown to a window.
-But Noran, that child has enough power to govern the entire world.-Said Mark
The seagull flew away, far away from the beach and the sun was flying away too, night arrived.
-What I mean is that there’s no point Mark, it’s us fighting for someone uncatchable, what you just said, he can govern world. How do we fight God’s equal on earth?
-Don’t you worship him, nor underestimate him.  He’s chiefly a really smart guy.
-But… -I broke in- Why were you the only one who knew about him?- I was still watching the sea illuminated by the light the moon had borrowed from the sun.
-I can’t say that either.
-Fuck you Mark-said Noran.
-It’s time to go to the bedrooms. It’s an order –Mark said this while steadily watching Noran’s face.
And so, we went to the bedrooms. I kept thinking about the child and the seagull, I felt deep inside me that there was a connection between them.  Mark had always been an enigmatic guy, when I first saw him He was a cape, it was matter of just few months for him to be ascended to Sergeant, now he’s Coronel.  The rest of high command don’t like him at all, envy surely.
Time, the war is timeless. I’ve reached the window, I can see the stars glowing, brightening the sky. The milky-way seems to salute me “Corporal, so we meet again” and I feel she’s taking care of me from billion light-years away. I now turn the page, and my diary is about to reach the end of the day. It’s about to be twelve o’clock, I should attempt to sleep, but it’s useless.  I should stop writing down, and rest my hand… But I can see the seagull watching me from the cost, nearby the pier.
I woke up two hours ago, at 5300, something happened tonight. Noran caught a weird illness. I can barely write down on my diary, I believe the child is in the perimeter.  We’ve just entered a building beside the beach, the waves can be heard from here bumping into the pier, squash, squash, some longer, some shorter.
I’m scared, it’s been 4 hours since we entered here, and we got lost, there’s no apparent exit though there was an entrance. The chants of a seagull resonate.
-Mark was not sure about this; we could not trust him. You understand me right? You get me right? He… he was going insane; there’s just insanity in this place, this damned place. Let me see this…  Oh it’s a diary, you write really nice, you should publish a book, but dead can’t. So that’s it, I’m going to shoot you too.
Dear diary, today I saw a man staring at me, he was dressed as a soldier, and kept his eyes right on mine. I got scared and took off the ground. I wonder what he might have thought. I’m afraid I won’t be able to support this pressure. I can’t go on being so vast. My soul’s divided in three. I had to kill you Mark. I’ll sing, sing to the stars, sing to the sun, sing to the void, April come she will When streams are ripe and swelled with rain May she will stay Resting in my arms again June she'll change her tune In restless walks she'll prowl the night July she will fly And give no warning to her flight August die she must The autumn winds blow chilly and cold
September I remember A love once new has now grown old.




domingo, 15 de diciembre de 2013

Obra de teatro

ACTO I

PRIMERA ESCENA, PRESENTACIÓN


El narrador se encuentra barriendo copos de nieve (poliéster) en frente de la escena del orfanato, tras él se encuentran Camila y Tomás que recién se encuentran, es decir, mientras el narrador barre, Camila entra en escena saltando de la alegría de ver a Tomás, cosa que Tomás hace de igual manera, es ahí donde se empieza a narrar. Todo esto mientras suena “Christmas song- Louis Armstrong”.

Narrador: *Está cantando la canción* Todo comenzó en un veintitrés de diciembre, en un pueblo llamado Terranova. Los copos tenían un aire muy negro a pesar de ser blancos, bailando agitados, revoloteando en torbellinos; es eso lo que barro… ¿Ahí atrás? Los niños del Orfanato y la hija de la dueña, Camila… En todo caso, cuentan que en navidad cosas mágicas ocurren y esta no será la excepción. *Sigue cantando la canción mientras se va*

Se hace énfasis en ambos: Camila y Tomás, que salen más al público y empiezan a dialogar.

Tomás: Camila… por fin vuelves, luego de éstos once meses de espera… por fin  -esto dicho con mucha emoción y congoja- Ven *agarra la mano de Camila* encontré un nuevo lugar donde puedes leerme, ven *la arrastra hasta ése lugar*.

Camila: También yo he esperado este momento con ansias, te traje un libro sorprendente… *mira el cuarto* Wow, siento algo extraño en este lugar.

Tomás: Sí, lo descubrí luego de ser rechazado por cinco padres… estaba muy triste y vine a parar aquí, siento algo extraño en este cuarto,  como si estuvieses a mi lado siempre.

Camila: La magia de la amistad… *pequeña pausa* nos une a los que estamos en lugares distintos *sonrisa de amiga*

Tomás: *se sienta en una de las sillas al lado de la mesa* Espero la historia con ansias *mira a Camila  con ojos ansiosos, con inocencia y curiosidad de niño*

Camila: *se sienta a su lado y empieza a leer la historia en voz alta*



ESCENA II



Camila leyendo en segundo plano: Los cuatro juguetes buenos estaban huyendo de la revolución de la malvada Fantonia. Había comenzado hace días y ya casi todos los juguetes se habían vuelto malvados. Fantonia buscaba la dominación del mundo.

Aquí la escena se recrea y la dimensión de los juguetes pasa a ser la principal, el primer plano, los cuatro juguetes entran a escena mientras huyen de las hordas Fantonianas.

Laura: Esa Fantonia está loca *dicho esto con rabia*, y ahora hablando de otros mundos… ¿alguien sabe qué será de la princesa?

Daniela: No sé de la princesa, pero… *tono pensativo* a lo mejor  sí halla otros mundos ¿no? ¿Recuerdas el pozo detrás del castillo?
Paula: Gente, creo que lo mejor es irnos, más tarde pueden hablar de metafísica.

Santiago: Sigan, sigan.

Los cuatro juguetes salen de escena mientras corren. Le siguen los malos, que caminan mientras buscan en medio de la escenografía. Fantonia hace presencia junto con su ayudante.

Ayudante: Señorita Fantonia *tono sumiso, indeciso y respetuoso, con muchas pausas y titubeos* no debe preocuparse por esos ineptos infieles, ya se puede sentir la energía del libro ese que usted…

Fantonia: ¡Silencio! No quiero fallas en este plan, los quiero a todos ellos en el calabozo o al menos que les corten la cabeza. Ese libro de Lewis Carroll ¿cómo se llama? ¡Alicia en el país de las maravillas! Y pensar que aprendí tanto de esa bonachona reina.  *mira al ayudante de manera sensual* Conejo *dicho con tono sensual*

Ayudante: Pero *titubeando* señorita…

Fantonia: *Lo mira con gravedad y habla con condescendencia de reina a súbdito* ¿Me dices algo señorito?

Uno de los juguetes malos: Señora, respetable señora, no hemos encontrado  un rastro de ellos.
Fantonia: *Observa en rededor* Jum *frustrada* Mantengan la vigilancia, en la noche los espero en el pozo. Ahora lárguense.
ESCENA III



Camila cierra el libro
Camila: Ya es tarde, mamá va a llegar y no quiero crear problemas

Tomás: Entiendo *triste* Camila… *tono tímido de niño* ¿la princesa está bien? ¿No es así?

Camila: Tranquilo Tomás,  ya te contaré…

Madre: Camila *grito* *abre la puerta* Te estaba buscando *pasa de estar furiosísima a muy calmada debido a la presencia de Tomás, ella es lo que aparenta*  *agarra a Camila* Ven para acá. Ay Tomasito que pena contigo *Ternura hipócrita*, ve a tu cama yo hablaré con Camila.

Tomás: Éste es mi cuarto señora, acá duermo, en el suelo.

Madre: Oh… entonces *mira a Camila* vámonos hija *se va con Camila*

Tomás: Chao Camila *la mira sonriente*

Camila: Chao Tomás *lo mira melancólica*
salen del cuarto la madre  y Camila.

La madre dice al cerrar la puerta:
*Sermoneando de manera exagerada e iracunda* Ya vas a ver señorita, con esa gente uno no se mete *La agarra de la camiseta*

El barrendero se acerca para cerrar las cortinas. Detrás de él, mientras se cierran las cortinas, la escena queda en pausa: Tomás en la habitación mirando el vacío, la madre agarrando a Camila de la camiseta.

Narrador: Y así sucedió ese día, vámonos un poco a la noche, dónde se entonan villancicos en las casas y, las luces y las guirnaldas decoran el paisaje.







ACTO II
ESCENA I



La escenografía se convierte en dos mundos paralelos, el cuarto de Camila da la idea de ser contiguo al cuarto de Tomás, de manera que algo divide los cuartos por la mitad y ambos personajes aparentan estar uno al lado del otro mientras están lejos. Se lamentan, es una elegía, ambos se miran sin saberlo mientras recitan sus poemas y, tocan sus manos cuando en verdad tocan las paredes del cuarto. Todo esto mientras suena “Asleep- The Smiths”

Comienza la canción, déjense sonar los primeros siete u diez segundos.

Camila: Cuando pienso en él, recuerdo esa obra de Shakespeare, lo veo como un Romeo, pero más puro ¿Por qué madre? *casi llorando* encima que sólo nos vemos cada once meses… ¿cuándo entenderá el mundo que yo siento que lo he conocido siempre? ¿No será que en el fondo, somos un hilo de almas que se esparce por los cuerpos, las formas; un círculo, un todo? ¿Por qué no entras ahí madre? *se limpia las lágrimas*
Tomás: Qué desgracia que me acompaña, qué ironía que me azota ¿por qué se tuvo que ir? Mis días son eternos. Camila, te siento aquí y me siento tan solo también; no conozco la vida, he sido un enjaulado, proscrito al encierro, el exilio; pero siento que eres mi puerta, la puerta y la misma llave ¿Los amigos son eso acaso? ¿Puerta y llave del mundo? No somos mayor cosa estando solos,  sólo copos de nieve, hojas de otoño, flotando en un abismo. Dios ayúdame *siente algo extraño*… ven Camila… te siento tan cerca.

Camila: Debo verlo, siento que hoy más que nunca me necesita *decide irse, se escapa por la ventana y sorprende a Tomás*

Se crea un efecto de ventana abriéndose, Camila pasa notándose que hubo un lapso de tiempo hasta llegar al cuarto de Tomás.

Tomás: *sonrisa de profunda felicidad y sinceridad* ¡CAMILA!

Camila: *lo mira con complicidad, sonriendo también* No he terminado de leerte el cuento.
Camila se sienta en el suelo junto con Tomás, va susurrando parte de la historia:

Camila: Fantonia se acercaba al pozo, y era ya muy muy tarde… *bosteza* como aquí en el mundo real

Tomás: ¿Mundo real? Yo soñé que vivía en un castillo, estaba en un calabozo; todo era muy frío...
¿Crees que los sueños sean una visión del futuro?
Camila: Creo que más bien  *pensando*, nos muestran nuestro interior. Yo soñé que era una princesa  y alguien llegaba… no recuerdo quién era, sé que no era un príncipe ni nada de esas cosas; venía a sacarme también de un calabozo creo, estaba encerrada… Ja, ha de ser que necesito ser rescatada por alguien *se ríe, pero no a carcajadas*

Aquí se debe notar el sueño en los ojos de ambos

Tomás: Deberíamos dormir *bostezo* mañana será otro día *se acuesta a dormir en el suelo

Camila: *Sonríe* *Se acuesta a dormir también en el suelo*

Suena La danza del hada de azúcar de Tchaikovski
El libro se abre solo, haciendo uso de un hilo. El libro está en la mesa, empiezan a escucharse risas en off, van saliendo los juguetes malos del libro, Camila despierta creyendo que es un sueño, por lo que no le da mucha importancia a ver juguetes ahí. Nótese que mientras salen los juguetes del libro  hacen una danza –la coreógrafa es la encargada- y en la danza participa Camila que al despertarse empieza a buscar a los juguetes.  La danza debe finalizar en un lapso de al menos un minuto como máximo, en lo que los juguetes malos atrapan a Camila –que se duerme de nuevo- y se la llevan con ella al libro.


ESCENA II (En el mundo de los juguetes)




Los juguetes han salido del pozo con Camila.

Juguete malo X: *risa malvada* *mira a Camila mientras la llevan cargada*

Juguete malo Y: Bueno, Fantonia seguro nos agradecerá, ¡oh sí! Señores, hoy vamos a beber, yo invito.

Juguete malo Z(Álvaro): Déjenla ahí tirada, Fantonia no debe tardar mucho

Los demás juguetes malos están detrás haciendo cosas cualesquiera, hablando entre ellos, echando chistes, pero todo a muy suave tono, sin proyectar demasiado la voz; algunos salen del pozo.
Llega Fantonia con su ayudante, quién camina medio jorobado. Fantonia viene caminando erguida, mostrando su poderío en el rostro; mira a todos los súbditos; les arroja pilas duracell.

Fantonia: Aquí tienen, miserables. Ahora los quiero fuera de mi vista.

Los juguetes malos–excepto dos- se van, esos dos se quedan para levantar a Camila.

Fantonia: *mira a Camila de pies a cabeza* Al castillo, junto con la princesa. Esta niña me dará el poder para dominar el mundo, y nadie sabe cómo detenerme *risa malvada*

Ayudante: Sólo hay que traer al hombre único *de manera muy inoportuna pero inocente dice esto*, el que sólo está en uno de los dos mundos.

Fantonia: *lo mira con rabia de madre a hijo* ¡Idiota! Qué no digas esa información en público *y mira al público* ¿Cuántas veces te lo he dicho?

Ayudante: *cara de regañado* Okay…

Fantonia se va mientras arrastra al ayudante de la oreja, los dos juguetes malos se llevan a Camila.

Los cuatro juguetes buenos están detrás del pozo, escondidos, y escucharon todo. Cuando el terreno está despejado salen los cuatro.

Daniela: De ahí salieron *señala el pozo *… y tú *mira a Laura de manera retadora* de escéptica, hablando mal de la metafísica.

Laura: Bueno eeehh *tono de reclamo*, todo mundo se equivoca

Paula: Más si es un aparatejo  que a duras penas puede saber para qué vino al mundo y se alimenta a base de pilas.

Santiago: Por  Dios ¿podemos entrar al pozo a rescatar nuestro mundo? ¿O van a seguir con esas vainas?

Todos tres menos Santiago: Sí, sí, ya vamos… ¿Quién primero? Ah… yo yo, ya voy.
Se cierran las cortinas.




ESCENA III




Salen los juguetes del libro, no hay música. Están en el cuarto de Tomás

Laura: *sorprendida* Oh por…

Daniela: Él es el que sólo existe en un mundo. Despiértenlo, debemos rescatar a la niña y la princesa

Paula: ¿Lo condenaremos a la eterna soledad del calabozo por nuestro beneficio? Wow *tono sarcástico*

Santiago: Se condenará por su amiga, seguramente, y eso nos ayuda a todos.

Tomás: *se despierta y mira con sorpresa a todos* pero ¿qué es esto?

Daniela: No hay tiempo para explicaciones, síguenos  *se lo lleva al libro*

Todos entran al libro se cierran las cortinas




ESCENA IV


Al abrirse las cortinas aparece el cuarto de Camila, con utilería que lo haga parecerse al de  una
princesa y al mismo tiempo al de Tomás. Aquí suena un fragmento del primer movimiento de la Scherezade de Rimsky Korsakov que representará el momento en el que los dos mundos se mezclan. Debe sentirse un pequeño estruendo en todo el escenario, las sillas, las mesas y la decoración pueden ser agitadas por los tramoyistas. En ése cuarto Camila y la princesa se miran asombradas de lo idénticas que son.

Camila: Eres… la…
Princesa: Sí, soy ella misma, llevo aquí encerrada un mes más o menos; lamento mucho que te hayan raptado

Camila: ¿Raptado?

Princesa: Eres mi contraparte… así es como Fantonia anula mi poder, haciéndome encarar con mi otro, propio yo.

Aquí se hace una pantomima en la que cada una de las chicas se imita, como espejos

Princesa: Fantonia va a dominar el mundo… no sé qué hacer

Camila: ¿Qué es la vida?, un frenesí. ¿Qué es la vida?, una ilusión, una sombra, una ficción, y…*como diciéndolo para sí pero haciendo que el público escuche*

Princesa: ¿Ah?

Camila: *espaciado diciéndose con angustia* el mayor bien es pequeño

Llega Fantonia de improviso

Fantonia: Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son *mirada malvada, pero dicho con sutileza y delicia de rapsoda griego*. Pedro Calderón de la Barca. Tenemos una muchachita culta aquí; qué hastío. En este mundo sólo leo yo jovencita, y por cierto, tu amiguito estará solo, muy solo.

Camila: *La mira como retándola* Desgraciada.

La princesa está congelada por ver a Fantonia

Fantonia: Las dejo niñas, iré a conquistar el mundo.

Alegato por Camila, pero las cortinas se cierran.

Sale el barrendero

                Narrador: Sé que me extrañaban, a lo mejor no me recordaban. En fin. Esa noche los dos mundos se entrelazaron,  los juguetes malos se preparaban para atacar el mundo real, cuentan que… se podían ver las hordas de juguetes marchando como militares yendo directo al pozo. *mirando al público más de cerca* ¿Qué diferencia hay entre lo real y lo ficticio? ¿Qué tan fuerte es la amistad de nuestros amiguitos? Un tesoro tan necesario.
ACTO FINAL
ESCENA I

Salen todos los juguetes malos marchando de un lado del escenario a otro, liderados por el juguete militar, no se colocarán tambores, se hará una marcha en la que cada uno de los juguetes asemeje ese grito típico militar “Jei Jo, Jei jo” mientras marchan. Los juguetes buenos siguen escondidos detrás del pozo, ésta vez con Tomás. En cuanto se van todos los malos los buenos hablan.
Daniela: Ahora deberás ir al calabozo, nosotros te llevaremos, encuentras a tu chica y…
Laura: Puedes rescatarla, tienes un poder y es que no tienes paralelos, por lo que, en éste mundo puedes romper las barreras fácilmente…
Paula: Luego entrarás al calabozo la saludarás, picos, etcétera y entonces allí…
Santiago: *con tono imprudente* Vivirás los próximos años de tu vida, sólo podrás hacerte sentir, como un recuerdo…
Los tres menos Santiago: ¡Oiga! Se supone que no le íbamos a decir
Tomás: Entonces *titubeando* para rescatarla debo…
Todos cuatro: Sacrificarte *tono de sentencia*
Tomás: Y ser un recuerdo… ¿por eso sentía a Camila en  el cuarto aún sin que ella estuviera ahí?
Paula: Verás… Los universos se conectan entre sí, hay ideas que trascienden, cuando extrañas a Camila, hay alguna *hace gesto de comillas* “Camila” que existe en algún universo, la Camila de este universo es la princesa, y al estar con tu Camila, se anulan sus poderes. Tú, por alguna extraña razón no puedes ser recreado en otros universos, vives en uno solo, el que escojas…
Santiago: Suficiente de palabrería, no lo confundas. *interrumpe*
Daniela: ¿Aceptas sacrificarte?
Tomás:*tragando* Acepto.
Laura: Pues andando *se lo llevan*

Se cierra la cortina.
ESCENA II


Aparece Tomás en las barreras al lado del calabozo. Está solo. Saluda a Camila con desespero y luego se detiene, debe decirle.
Camila: ¡Tomás! Nunca pensé que estaría tan feliz de verte dos veces el mismo día
Tomás: Vine a ser el héroe del cuento
Princesa: ¿Te sacrificarás?
Camila: ¿Sacrificio?
Tomás: Sí, no te preocupes Camila, estaré contigo luego, confía en mí. *dice para sí mismo* como un recuerdo
Momento emotivo. Tomás rompe las barreras, le pide a las niñas que se vayan, de nuevo suena un fragmento de Korsakov. Las niñas se van, queda Tomás solo ahí, los adorno y el mobiliario del cuarto sucumben y toma apariencia de calabozo, desolado y frío. Tomás repite “un recuerdo”. Las cortinas se cierran.
El narrador aparece de nuevo. Pero ahora con las cortinas abiertas mientras sucede lo que narra. Nótese que ya se debió cambiar la escenografía, del calabozo al castillo.
Narrador: Un recuerdo era lo que quedaba ahora de Tomás en el mundo, al menos, el mundo de Camila. Ella corrió y corrió, vio cómo los juguetes malos iban desfalleciendo, y entró al pozo. Permítanme cerrar esto una vez más.  *cierra las cortinas* *mira el reloj como esperando* *asoma la cabeza por las cortinas* ¿Ya está listo? Bien, sigamos.


ÚLTIMA ESCENA


En esta escena se vuelve al cuarto del orfanato, Camila está sola, vuelve a sonar asleep. Se queda mirando la ventana, por unos diez segundos o doce.

Camila: Un recuerdo es todo lo que queda, a veces pienso… ¿No somos todos un simple recuerdo del pasado? Vamos por ahí dejando un rastro… somos unas huellas que avanzan, qué tristes huellas las que van solas, en un desierto sin más líneas, que vayan en zigzag o curveadas *hace con las manos esas figuras*, completamente sola.

Pero no me siento sola en este instante, lo siento aquí, a mi lado, siento que me habla. No puede morir, aquello que se incrusta en el corazón, ese cuchillo caliente que se hinca en la carne de una persona al conectarse con otra; se funde el acero en la piel y algo viaja de una persona a otra. Algo o alguien. Y ¿por qué no decir que cuando se piensa en alguien también él lo piensa a uno? Su recuerdo…  ¿Por qué no decir que somos el círculo? Y ¿el círculo es Dios y todos somos parte de él? Y ¿si en cada amigo que hacemos hallamos un pedazo de Dios y de nosotros? Al morir, todo acaba como quedó aquí en la tierra… El recuerdo entonces ¿no es esa persona misma viva? E incluso si no muere y se aleja, o si se queda y se acerca, nos acompañe o nos deje. Si la amistad y el amor no están destinados a morir, no se puede estar completamente solo *mira el cielo*, nunca.






FIN DE LA OBRA







martes, 12 de noviembre de 2013

CONCUPISCENCIA

CONCUPISCENCIA
“Solo un gato por casa” comunicaba el jefe, que con su voz roñosa salía corriendo de una esquina de la cuadra hacía la otra, dando alaridos que se escuchaban en las 6x6 casas de la cuadra. Cada cuadra tenía su jefe, cada cuadra 36 casas y, por consiguiente 36 gatos; unos eran negros como Lipondio, el pintor de murales, otros blancos, peludos, castaños, peludos, gordos; pero ninguno como el gato que le regalo su abuela a Hincapierto, un gato singularmente raro, feo, horroroso, como darle una patada a una rata y cruzarla con dos serpientes, aun así, un gato maravilloso de abdomen pálido con dos manchitas rojas.

Hincapierto siempre dormía en su suelo duro y frío mientras oía a su gato maullar; era esta la costumbre, cada noche el dueño calentaba, hacía estiramiento, besaba el espejo y luego se recostaba en el suelo que tanto amaba, mientras tanto, el gato el miraba fijamente cada acción, para saber de qué manera maullar y arrullarlo. Durmió quizá unos tres cuartos por tres menos una hora, cuando de golpe lo despertó el silencio, “No escucho nada, así no se puede dormir en paz” y mandó un puñetazo al gato, que para su sorpresa, ya no estaba, y ni pelo quedo, porque era calvo, inmundo.

“¡Se robaron mi gato!”-. Y su vecino, Lipondio, el pintor, encorvado yacía detrás de la ventana de su casa, burlándose de la pérdida del gato. “Sólo mío”- susurraba Lipondio, que como los rayos lunares al entrar por los patios, se había deslizado sigilosamente por la tapia de su vecino, y poom, agarró al gato del abdomen pálido y dos pequitas; su afán por pintar gatos lo incitó a obtener el más exótico. Cuando Lipondio se devolvió a su galería  -pues ahí había puesto el gato para pintarlo-, la halló vacía, sin pinceles y sin el gato. “¡Oh no! ¡He perdido mi gato!” se repetía chirriando entre dientes estas palabras, y como piedra rodando por barranco, salió agitado, algente, gritando por la calle.

Todo esto sucedió a las tres de la mañana, en la calle estaban Hincapierto y Lipondio, gritando desesperados, confundidos, bramando por el gato perdido, mientras todos los vecinos dormían profundos y mensos, hipnotizados en los maullidos de sus gatos.

-¡Señor! ¿Perdió su gato?- preguntó Hincapierto a Lipondio.
-Sí señor ¡perdí a su gato!
-¿Mi gato ha dicho usted?
-No, no, su gato, perdí a su gato ¿No me había preguntado usted por su gato?
-¡Es cierto! Más vale encontrar a su gato, el insomnio mata.
Y juntos, gritaron y corrieron como infantes por lo largo del barrio, bajando toda la carrera 39, pasando de la calle 27 a la 15.

La noche estaba dormitando sobre sus cabezas,  las estrellas eran como blancas notas en octogramas infinitesimales, cuya cósmica música apenas si se oía bajo la incesante sinfonía de los gatos citadinos. A Lipondio le dolía ya la boca de lo abierta que la mantuvo, y a Hincapierto se le cansaron los pies, por suerte, el Jefe de la 39 con 15 de tez tan igual a todos los demás, se apareció, dando alaridos como un pandemonio y todos los locos que habitaban la ciudad:

-Gato por casa, uno; gente por gato, uno; gato por gato, gatos.- y sus ojos estaban brotados, su piel húmeda de sudor y los gatos…

-Señor –grit
ó Lipondio- ¡¿Ha visto a su gato?!
-¡No le escucho! –Contestó el jefe- ¿Qué si soy un puto ingrato?
-Sí, sí, eso exactamente –dice Hincapierto-.
-Su gato señor, perdimos a su gato, moriremos por el insomnio, ayúdenos.-añadió Lipondio desesperado. Nadie se entendía, todos perdimos a su gato ingrato, y pronto seguramente las dos pequitas rojas serían  vistas por alguien más, quizá por otro jefe u otro gato, quizá la moneda de plata que circundaba el cielo ya lo había encontrado, al inmundo animal ingrato ese.

Ya eran las 3:15 A.M y de pronto todos se calmaron; resolvieron que el Jefe de la 39 con 15 había visto a su gato perdido ingrato pero sólo por un momento. “Vi esa cosa horrenda y me desmayé. Entonces al despertar, recité mi hermosa poesía: Gato por casa, uno; gente por gato, uno; gato por gato, gatos” y repitió así como un loro hasta que se desmayó nuevamente. Su gato, el horrendo, no aparecía, y los dos hombres miraban consternados al jefe desmayado; de su bolsillo sobresalía una esquinita de papel, un sobre. Se acercaron lento y se miraron a los ojos:

-Ha de ser para usted, Señor Hincapierto.
-Claro que sí Lipondio, seguro es para usted, además mire, está manchada de pintura.

Lipondio agarró el sobre y lo abrió. El sobre desprendía un olor a sarna y pájaro muerto, contenía una letra inconfundible, era suya, de su gato:

“Querido Hincapierto, debo advertirle que su vecino me ha robado; yo que soy genio he escapado, pero los jefes me han perseguido todas esas doce calles. Fui agarrado por el de la 39 con 15, que me hundió sus dedos en el vientre, en las dos pequitas y me lanzó al cielo. Estoy en el parque Totis esperándolo. Si no llega a las 3:40 o antes me iré. –Su gato”

-¡Es de su gato!-Gritó Lipondio-.
-¿Qué dice? ¿Qué dice?
-Dice que me lo robé y que para encontrarlo debemos ir al parque Totis antes de las 3:40
-¿Se robaron mi gato? ¿Ha sido usted?
-Sí ¡Fue usted!
-¡Madre mía!- finalizó Hincapierto, y corriendo luego de mirar su reloj –que marcaba las 3:30- salió junto con Lipondio  al parque Totis.

El parque Totis quedaba en la 39 con 5 y salía de él cierto vapor extraño que se hilaba en formas poligonales, desprendiendo olor a alcantarilla. En su centro había dos árboles, robles musculosos untados de rocía putrefacto y, eran estos árboles los que atraían a los locos. Los locos se caracterizaban por vivir noctámbulos, insómnicos, cachetipálidos y desordenados; a ninguno le quedaba gato alguno y con las pupilas dilatadas, como agujeros negros, se sentaban a observar el rocío de los robles caer  despacio, baboso, como la saliva de un bebé, por los hojas, por el tronco. “Los gatos son malignos” vociferaban los locos y durante cada madrugada se jactaban de ser libres e impecables.

A eso de las 3:37 llegaron Hincapierto y Lipondio al parque Totis; asustados apenas se inmiscuían por los senderos que llevaban al roble mayor, pues pensaron que, con la osadía de del  gato, su gato, éste iría a burlarse de los locos, y era esto precisamente lo que los helaba, los locos.

-Qué frío hace, Lipondio.
-Es su gato un imbécil, Hincapierto –discutía enfurecido Lipondio-. Nos va a hacer matar o enloquecer ¿y acaso no es lo mismo? Mis cuadros ya no pintarán gatos, ni mis manos tocarán pelos.
-De igual forma moriremos si nos quedamos sin su gato, el insomnio…
-Cállese Hincapierto, usted no debió dejarse robar el gato.
-¿Y no había sido usted quien lo había robado? El gato es de todos y para todos, por eso todos tienen uno, hay que ser equita…
-Shh, oigo algo, cállese Hincapierto –gritaba como con un megáfono pegado a los labios Lipondio, mientras los locos se acercaban jadeantes y felices por los senderos.

Pasaron cinco locos mientras Lipondio e Hincapierto se escondían detrás de un arbusto. Como en un ritual acattus danzaban alrededor del roble “No a los gatos, seamos libres” y se condensaba el vapor putrefacto, las miradas se conjugaban y recitaban poesía pagana. Los santos, el pintor y el vecino, se helaron y de golpe, salió su gato del roble. Bajó ágil el tronco y dejó otro sobre en el suelo. Los locos se esparcieron y se fueron del parque Totis, en busca de un gato para cada uno, pues al ver a su gato, las manchas rojas, los ojos de serpiente y la cara de rata, se sumieron en una nihilista soledad, necesitaban en últimas a un gato.

Lipondio se apresuró a agarrar la carta y evitó todo loco que por ahí pasara, parecía una liebre, saltando con sus dos patas que se encogían y elásticamente se estiraban para lograr el impulso y saltar; entre tanto, Hincapierto lloraba al ver como su gato se desvanecía entre las sombras.

Eran las 3:42 A.M y faltaba poco para el nacimiento del alba. La luna de plata miraba reída el espectáculo y ordenaba a las nubes no cubrirla, para tener silla de primera fila. Lipondio destapó el sobre y tomó la carta en sus manos. Hincapierto seguía llorando. “Escuche atentamente” dijo Lipondio:

“Querido Hincapierto, le he esperado por mucho tiempo ya, así que me fui a la biblioteca Kafka, le escuché a los locos que ahí no hay santos y, además hay demasiada información sobre la teoría musical, partituras de la clave bien temperada de Bach y nocturnos de Chopin. Le esperaré ahí, más vale que entre antes de las 5:30 A.M o me iré, y usted,  que me ha perdido en la noche morirá por el insomnio – Su gato.”

Era todo esto cierto, la biblioteca Kafka estaba llena de la más selecta literatura universal: Camus, Kant, Borges, Kipling, Cortázar, Russeau y en fin, un sinfín de fines distintos. Había un piano de cola Steinway and son y bien sabemos que a diferencia de los locos y los santos, los gatos  aprecian la buena música, el buen arte.

Los santos no conocían tal cosa, vivían herméticos, acobijados por la sinfonía de los gatos, eran como cajas fuertes de alta seguridad, poco entraba, poco salía, vigiladas todas por el jefe de cada cuadra “Gato por casa, uno; gente por gato; uno; gato por gato, gatos”. Las mentes se cuadriculaban y los circuitos bioeléctricos del cerebro se apagaban lentamente. Claramente Lipondio era un santo, y su arte fatalmente esclavo; Hincapierto era zombie, lento como babosa, baboso como babosa, gato por gato, gatos.

Hincapierto al procesar la información de la carta esbozó una ligera sonrisa, fingida, de las que preceden al llanto, Lipondio lo miró, le agarró la mano y salió a correr, directo a la biblioteca Kafka en la 39 con 1.

La luz de los postes se dilataba y sus rayos se desplazaban cada vez más hacia Lipondio e Hincapierto, formando triángulos cuyo ángulo decrecía más y más, la luz se acercaba y les palpaba todo el cuerpo encegueciéndolos un poco. Caminaron a paso lento, pues el llanto de Hincapierto provocaba una extraña espesura en el suelo cuando sus lágrimas impactaban sobre la carretera. De pocos pasos fueron llegando a la biblioteca.

La biblioteca se levantaba en toda la 39 con 1 como un monolito de obsidiana. El reloj de la cúpula marcaba ya las 4:15 A.M. Detrás de los portones se escuchaba el ligero murmullo, trémulo y vacilante de un piano, que charlaba melancólico con los muros, tocaban a Chopin. Lipondio entró con Hincapierto a la biblioteca, abrieron la puerta con una fuerza ligera, y rechinantes, los portones abrieron paso a los visitantes.

-¿Qué es aquello que suena? –Pregunta Lipondio-
-¿Qué más sino mi alma? Su gato, Lipondio, debe estar aquí escondido, puedo sentirlo.

Sonaba un  nocturno en do sostenido menor de Chopin, los trémolos, el arpegio imparable como una ola se empalagaba en las almas de ambos, en el fondo los leves maullidos. Su gato estaba ahí, acá, allé. Un agitato desesperado los aturdía, y el gato. Hincapierto miraba a Lipondio y éste le miraba a él.

-¡No! ¡No! Mantenga fuerzas –dijo Lipondio- su gato ¿no lo oye? Está ahí, vamos, vamos.

No hubo respuesta. Los maullidos acrescentabánse, melancólicos, cada vez más desesperantes y desesperados. Lipondio lloró pero no se detuvo ante la oscura melodía. Vagó por entre los estantes, bajó  unos cinco metros, luego giró a la izquierda y tropezó con el piano. Nadie lo tocaba, o más bien, él mismo se tocaba. A Lipondio se le brotaron las venas de la cabeza, ardía de ira, su última áncora fracasada, su gato perdido, Hincapierto paralizado. De un sopetón se impulsó al piano y empezó a golpearlo con todas sus fuerzas. Golpeó escupió, maldijo. Su gato se deslizaba tembloroso a sus espaldas, encogió sus patas traseras, las estiró y brincó  a la espalda de Lipondio. Juntos cayeron al precipicio tras el piano y la biblioteca, ahí acababa el mundo, en la calle primera. El piano resonaba y se agitaba. Caían, caían los desgraciados; grito tras grito, vértigo y maullido. El sol acariciaba los límites de la ciudad, se asomaba apenas. Insomnio, abismal caída; retraído en sí mismo Hincapierto. Murieron.

Ese día, la mañana cantó cantábile, los santos se quedaron en sus casas con sus gatos y no hubo más locos. Nunca se supo de aquellos abandonados, era costumbre que, por cada gato muerto, muriera un hombre, aunque todos fueran uno y uno fueran todos. Recíprocos ambos, gato-humano, se dependían el uno del otro. Nunca jamás se escuchó la música cósmica, la nota de oro.