domingo, 26 de septiembre de 2021

 Nada me pertenece, ni podría pertenecerme. La relación de pertenencia en tanto propiedad solo anula la vida. Y no quiero sembrar muerte. La propiedad es un monstruo de entropia, como el capital, el mercado financiero y las grandes empresas de las TICs. Producir información, maximizar la exportación de entropia, desgastar el mundo ¿Cuántos joulios cuesta sostener este perfil de Facebook? Nadie sabe para quién camella, ni para quién van sus datos.

Nada me pertenece. Vivo, eso es lo fundamental. Luego, sólo ocupo. Solo okupo, territorios. Solo okupo, objetos. Solo okupa, casas. Solo okupa, el espacio público. Solo okupa, el campus, la academia, el semillero caduco, el Freud. Okupa.
Y que no vengan luego a reclamarnos por okupar bajo el pretexto de la crítica a la informalidad, lo clandestino y lo ilegal. Ya todes lo sabemos: para el Estado hay informalidades, clandestinidades e ilegalidades más aceptables que otras.

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